A dos meses de su desaparición, familia de María Elcira Contreras exige respuestas
El próximo miércoles se cumplirán dos meses desde la misteriosa desaparición de María Elcira Contreras, una mujer de 85 años que fue vista por última vez mientras celebraba el Día de la Madre en un restaurante en Limache, región de Valparaíso. Han pasado 56 días de incertidumbre y angustia para su familia, lo que llevó a uno de sus hijos a presentar una querella solicitando el auxilio de la Brigada ECOH de la Fiscalía Nacional y una nueva revisión del sitio del suceso por parte de la Brigada de Derechos Humanos de la PDI.
La familia ha pedido que se investiguen los hechos bajo los delitos de secuestro con homicidio o lesiones graves, homicidio simple o lesiones graves, o abandono de persona desvalida, contra quienes resulten responsables.
Nueva hipótesis de la familia
Carla Hernández, nieta de María Elcira, expresó su frustración por la falta de avances en el caso y urgió a la Fiscalía a responder rápidamente a las diligencias solicitadas en la querella. “Creemos que debe hacerlo de manera urgente, porque acá se teme que haya intervención de terceros”, afirmó.
Hernández descartó la hipótesis inicial de un accidente: “Si mi abuela hubiese tenido un accidente, como se creyó en un principio, ella ya habría aparecido. No puede ser que una persona desaparezca en un fundo privado, en un restaurante, cuando fuimos a celebrar el Día de la Madre”.
Criticó además que no se cercó adecuadamente el sitio del suceso y que la investigación se centró en un posible accidente. “Esperamos ahora que la Fiscalía actúe con el máximo profesionalismo”, añadió.
La joven manifestó su temor de que las pruebas puedan ser desaparecidas con el paso del tiempo. “Tememos que el crimen organizado haya actuado, porque el crimen organizado no deja rastro, y por eso estamos tan preocupados de que estas diligencias se ordenen ahora”, subrayó.
Hernández destacó lo extraño de no haber encontrado ningún artículo perteneciente a su abuela. “Nos hace pensar que el crimen organizado actúa tan bien que no deja ningún rastro. Mi abuela ese día andaba con unos zapatos que se desprendían fácilmente, un collar de perlas y una chaqueta. Cualquiera de esos elementos se pudo haber desprendido y no hay nada”.
Finalmente, señaló la importancia de revisar el suelo y los túneles cercanos al Fundo Las Tórtolas, en la Casona Eastman. “Es de gran relevancia esa revisión del sitio del suceso. Yo creo que esto fue premeditado, que se pensó de muy buena manera para no dejar rastro”, concluyó.