Limache enfrenta una profunda crisis educacional tras el anuncio del inminente cierre del Colegio de la Congregación Adoratrices, una institución con más de seis décadas de historia en la comuna. La decisión, comunicada oficialmente a la comunidad escolar, contempla el cese definitivo de sus actividades en diciembre de 2025.
Según informaron desde la Congregación, las razones del cierre obedecen principalmente a la falta de nuevas vocaciones religiosas dispuestas a continuar con el legado educativo, así como a la inviabilidad financiera para sostener el funcionamiento del establecimiento. Además, se indicó que los costos asociados al cumplimiento de las nuevas normativas exigidas por el Ministerio de Educación resultan insostenibles para la institución.
La situación ha generado profunda preocupación entre apoderados, estudiantes y docentes, quienes denuncian un progresivo abandono del recinto. Aseguran que las alumnas hoy deben asistir a clases sin proyectores ni impresoras, que los baños se encuentran en malas condiciones y que ya no se están realizando inversiones básicas de mantención, lo que evidenciaría una preparación anticipada para el cierre.
Ante este escenario, la comunidad escolar ha convocado a una protesta en las afueras del establecimiento, ubicado en calle Palmira Romano, entre Carrera y Dolores, en el sector de San Francisco. La manifestación contempla el corte del tránsito en una vía clave de conexión hacia Quillota, lo que podría generar una gran congestión vehicular en la zona.
Uno de los puntos más críticos es el impacto que el cierre tendría en la ya colapsada red educativa de la comuna. Actualmente, Limache presenta un déficit de 900 matrículas escolares, cifra que aumentaría a más de 1.100 niñas sin cupo con el cierre del colegio Adoratrices. Según los apoderados, los establecimientos municipales no están en condiciones de absorber a todas las estudiantes, ya que sólo podrían acoger al 40% de las alumnas afectadas.
Además, se plantea como alternativa el traslado de algunas estudiantes al colegio de Tabolango. Sin embargo, este recinto se encuentra en un sector rural al que no llega locomoción colectiva directa desde Limache, lo que hace inviable esta opción para muchas familias.
La comunidad educativa insiste en que aún hay tiempo para revertir la decisión y hace un llamado urgente a las autoridades locales y del Ministerio de Educación para buscar soluciones que permitan mantener abierto un colegio que ha sido parte fundamental de la historia de Limache y que hoy enfrenta su hora más crítica.