La Universidad de Santiago de Compostela de España presentó una investigación en la que analizaron 91 muestras de campos de fútbol de 17 países de todo el mundo para demostrar la dimensión global del problema del uso de caucho en recintos deportivos y de recreación.
El estudio detectó la presencia de todos los hidrocarburos aromáticos policíclicos estudiados, incluso a temperatura ambiente (25ºC). La mayoría de las muestras superan el límite permitido por la Agencia Química Europea en bienes de consumo y de materiales “en contacto intensivo” con la piel humana o la cavidad bucal.
El caucho utilizado en canchas de pasto sintético en los colegios y clubes deportivos es material polimérico y, según explicó el doctor en Ciencias Químicas por la Universidad Santiago de Compostela, José Luis Campos, “los plásticos sí o sí se acaban degradando y las sustancias que liberan pueden transmitirse tanto al suelo como a la atmósfera, mi experiencia con este tipo de productos me dice que todo lo que no sea biodegradable, lo mejor es evitarlo”.
Así la conclusión del además docente del Área del Medio Ambiente en la Universidad Adolfo Ibañez, es que “el uso del corcho granulado, en sustitución del caucho en pavimentos de parques infantiles y pasto sintético es una alternativa a considerar dado que es un material que no genera riesgos para la salud humana y el medio ambiente”.
El corcho, a diferencia del caucho, es un material biodegradable, “ya que se obtiene de la cáscara que va votando el árbol, el alcornoque. A esto se suma que le da un aspecto más natural. Cuando uno se sienta en el pasto natural se ve entre medio el mismo pasto que ha ido muriendo y deja unos tonos cafés. No así el caucho que es negro y se ve más rígido, más artificial”, indicó Hugo Rubio, gerente general de www.corcho.cl.
A los beneficios de que es biodegradable y de aspecto más natural, se suman el hecho de que es mucho más ligero que el caucho, con lo que se necesitan menos kilos; mantiene la temperatura ambiente y puede ser reciclado, lo que fomenta el desarrollo de una economía circular.
“La vida útil del pasto sintético es de 6 a 8 años y para cuando cambien el césped, se puede aspirar el corcho granulado, guardarlo y volver a usarlo en el nuevo pasto”, detalló Rubio.
En cuanto a la temperatura, el mismo dueño de Corcho ha sido testigo de estos beneficios. “Yo tengo un par de complejos deportivos en Viña del Mar y las ventas se dispararon al cambiar el caucho por corcho porque ahora las canchas se pueden usar en todo horario incluyendo los días de mas calor y ya no hay tiempos muertos. Antes la gente evitaba venir a la hora en que había más sol y esperaban a que se escondiera”, concluyó.