La tenencia de celulares en cárceles se convierte en delito tras aprobación de nueva ley
Este miércoles, la Sala del Senado aprobó por unanimidad una ley que representa un paso crucial en la lucha contra el crimen organizado dentro de las cárceles del país. La normativa, que ahora está a la espera de su promulgación, establece que la tenencia de celulares y otros dispositivos de telecomunicaciones en los recintos penitenciarios será considerada un delito, en lugar de una falta como se sancionaba anteriormente.
Hasta antes de esta legislación, la posesión de dispositivos de comunicación en las cárceles era considerada solo como una falta, lo que generaba un escenario propicio para actividades delictivas dentro de los recintos penales.
El cambio de estatus de esta infracción se impulsó tras el desarrollo de una licitación para implementar en 14 penales mecanismos de inhibición tecnológica. Estos mecanismos tienen como objetivo evitar la comunicación externa desde las cárceles y, de esta manera, aumentar la seguridad y reducir la capacidad de los reclusos para cometer delitos desde el interior de las prisiones.
El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Luis Cordero, destacó la importancia de esta ley al señalar que la tenencia de celulares dentro de los recintos carcelarios, que antes era considerada una irregularidad sancionada solo como falta, pasará ahora a ser considerada un delito.
La nueva normativa también establece la obligación para los funcionarios públicos de denunciar cualquier tenencia de dispositivos no autorizada. Aquellos que incumplan esta obligación se arriesgan a penas de presidio e inhabilitación.
El diputado Felipe Donoso, del partido UDI, resaltó que esta medida es fundamental para combatir estafas y extorsiones que se llevan a cabo desde dentro de las cárceles, donde algunos reclusos tienen acceso a teléfonos celulares para cometer delitos. La penalización de la tenencia de estos dispositivos en los centros penitenciarios busca, por tanto, frenar estas actividades delictivas y mejorar la seguridad tanto dentro como fuera de las prisiones.