Condenan a 17 años de prisión a líder de red de explotación sexual infantil en Viña del Mar
Daniel Cerda ha sido sentenciado a 17 años y 183 días de presidio por liderar una red de explotación sexual infantil al interior de la residencia de menores Anita Cruchaga en Viña del Mar. Esta condena es el resultado de un segundo juicio, luego de que la Corte de Apelaciones de Valparaíso anulara el fallo anterior en su contra.
El fiscal Álvaro Mancilla destacó que las pruebas presentadas durante el juicio, como las declaraciones de las víctimas y los testimonios de los testigos, fueron fundamentales para obtener la condena contra el acusado.
Los delitos por los cuales se le atribuye responsabilidad a Daniel Cerda son estupro reiterado, explotación sexual infantil reiterada, violación impropia y abuso sexual infantil sin contacto corporal. Estas graves acusaciones evidencian el daño causado a los menores de la residencia Anita Cruchaga y la necesidad de una contundente respuesta judicial.
La anulación del primer fallo y la posterior condena demuestran la importancia de la revisión exhaustiva de los procesos judiciales para garantizar la justicia en casos tan sensibles como la explotación sexual infantil. La Corte de Apelaciones de Valparaíso, al acoger el recurso de nulidad presentado por la defensa, permitió que se realizara un nuevo juicio que concluyó con una sentencia condenatoria.
La gravedad de los delitos cometidos por Cerda resalta la importancia de proteger y salvaguardar los derechos de los niños y niñas, especialmente aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Este caso evidencia la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección de los menores y de generar conciencia sobre la prevención y el combate de la explotación sexual infantil.
La sentencia impuesta a Daniel Cerda envía un claro mensaje de repudio hacia quienes perpetran este tipo de delitos y busca generar un efecto disuasorio en otros posibles agresores. Asimismo, es un reconocimiento a la valentía de las víctimas y testigos que se atrevieron a denunciar y colaborar en el proceso judicial.
La condena de Cerda es un paso importante en la lucha contra la explotación sexual infantil, pero también debe servir como llamado de atención para seguir trabajando en la prevención, detección y erradicación de este tipo de delitos. La sociedad en su conjunto debe estar comprometida en proteger a los niños y niñas, garantizando su seguridad y bienestar en todos los ámbitos de sus vidas.
Es fundamental que las autoridades y organismos pertinentes refuercen los mecanismos de protección de los menores y que se promueva una mayor conciencia y educación en torno a la prevención de la explotación sexual infantil. Solo a través de un trabajo conjunto y coordinado se podrá garantizar un futuro seguro y libre de abusos para los niños y niñas de nuestro país.