Aunque fue presentada oficialmente el 31 de octubre pasado, la primera motocicleta destinada al uso funerario tuvo su debut hace poco en la ciudad de Viña del Mar.
Producto de los incendios ocurridos en la ciudad jardín y en Quilpué, una familia de la localidad de Pompeya fue la primera en utilizar este servicio. Fue de carácter gratuito, en el marco del apoyo que ofreció el empresario Iván Martínez, en medio de la tragedia.
Una señora “motoquera” de nombre Elizabeth fue la que inauguró el servicio. Su familia al enterarse que Martínez tenía este carro lo solicitó. Fue así que después de los trámites del Servicio Médico Legal, siguió el velatorio que se realizó en 5 Oriente y de allí se desplazó por avenida Alessandri llegando al camino internacional y terminar en el cementerio de Concón. Decenas de motoqueros acompañaron a la familia con sus bocinas y globos. La gente en las calles siguió con respeto y también con extrañeza este funeral. Nunca habían visto una moto carroza.
El creativo de esta idea es Iván Martínez y quien la desarrolló fue el artista Rodrigo Ravera, destacado diseñador conocido por su habilidad en la creación de obras de arte en fierro. Con más de dos décadas de experiencia, Ravera ha colaborado con renombradas empresas y clientes privados en proyectos que han dejado una huella artística.
Martínez le propuso al artista transformar una moto Harley-Davidson Street Glide en una carroza mortuoria. La idea, si bien peculiar, resonó en la mente de Ravera, quien compartió la visión con su hijo Angelo Ravera, colaborador en sus proyectos artísticos.
Con entusiasmo y determinación, el proyecto dio inicio y se completó con éxito, culminando en la creación de un vehículo que se presentó en octubre pasado y que recién fue inaugurado.
Rodrigo Ravera comentó sobre el proceso de creación, “Cuando vi la moto, comencé a imaginar cómo podríamos rediseñarla para convertirla en una carroza. Fue un proceso artesanal que involucró cortar y soldar piezas de fierro. No fue una tarea fácil, pero juntos lo logramos”.
La moto en cuestión es una Harley-Davidson Street Glide, un icónico vehículo comúnmente asociado con la cultura motociclista estadounidense. Este carro mortuorio permite transportar un ataúd y cuenta con un único conductor. Si bien este innovador vehículo sin duda ya atrae la atención inicialmente, Iván Martínez está seguro que podrá llegar a tener un uso más amplio en el futuro.
A medida que evolucionan las tradiciones funerarias, esta moto funeraria promete convertirse en un medio de transporte para algunas personas que hasta a lo podrán dejar estipulado en sus testamentos. Esta innovación representa un paso adelante en la evolución de los ritos funerarios modernos.